Dejaré al tiempo que se retire de mi vida
y proclame la paz entre el diablo y los dioses.
Envaino despacio la espada de mi mirada
y cierro los ojos a los mares y a las estrellas.
Olvidado por el universo;
olvidando el bien, olvidando el mal,
soy más grande que el infinito
y más pequeño que un grano de arena.
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